Tania es una niña pelirroja que vive en un nórdico valle de escasos habitantes y ningún niño. Su mejor amigo tiene 84 años y aunque crecieran niños como setes lo seguiría siendo. Una niña a la que le toca vivir un mundo de adultos pero que alborota todo el valle cada vez que coge los squíes
Un precioso libro sobre la amistad, la velocidad, la autosuficiencia y la imaginación, con un poso nórdico de Heidi y de Pippi. Las ilustraciones de Zuzanna Celej nos acompañan toda la novela y nos introducen en los gélidos bosques nórdicos.
Reseña de la librería
Tania es pelirroja y tiene los rizos de un león. Se apellida Val de Lumbre como el lugar en el que vive, un pequeño y remoto valle. Las dos cosas que más le gusta hacer son, por este orden: deslizarse en trineo por Cerro Chico, la pendiente más empinada de la montaña al grito de «velocidad y autoestima». Intentando hacer un salto mortal con los esquís aunque a veces acabe en el rosal de Sally. Y enfadando al malvado Klaus Hagen que odia los niños. Y, lo segundo que más le gusta es estar con su adorado Gunnvald, que aunque tiene setenta y cuatro años es su mejor amigo. La verdad es que el pueblo no hay mucho niños, pero aunque los hubiera él seguiría siendo su preferido. Cuando Gunnvald tiene que ir al hospital, a Tania le van a ocurrir muchas cosas algunas divertidas y otras no tanto.
Reseña de la editorial