Esta es la historia de una lata que fue cambiando de forma: empezó siendo una lata de tomate, pero después la usaron como pelota, bote, hucha... Y la lata cambiaba de dueño y lugar pero siempre acababa por sentirse contenta.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso.
Más información