En la ciudad de Sandrilhá vivía un rico pachá que se aburría, a pesar de su suntuoso palacio de cúpulas plateadas, estatuas de bronce y jardines colgantes y a pesar de sus sirvientes, chambelanes, ministros y niñeras… Y de pura impaciencia, una noche mandó llamar al genio mayor del reino, porque los genios, como es sabido, son los únicos capaces de cambiarlo todo con solo chasquear los dedos...
Reseña de la editorial