No es fácil vivir sin recordar qué has hecho la noche anterior. Aún es más difícil si recuerdas lo que has soñado y no te gusta. Pero todo es peor si eres sonámbulo y no sabes si en realidad soñaste algo o lo viviste. Cuando el sol alcanza el cenit y parte el mundo en dos y el cielo parece de zumo de melocotón o naranja, un par de amigos charlan cara a cara. Intentan entender su noche y sus miedos. Intentan, despiertos, recordar sus sueños.
Reseña de la editorial